Me llamó mucho la atención cuando leí esa frase en una dinámica que realizamos en clase. Fué de Leon Battista Alberti, uno de los personajes artísticos más importante a la llegada del renacimiento. Muchas veces en el colegio mis amigos me preguntaban, porque quería estudiar arquitectura si ese trabajo te lo podía ahorrar el ingeniero, el carpintero o el artesano. Y si de diseño se trataba, cualquiera podía diseñar. Luego de comenzar a estudiar en la universidad me di cuenta de que no cualquiera puede diseñar o crear arquitectura. Como nos enseña Alberti, la arquitectura es para aquel que con método aprendido de las más grandes disciplinas en mi opinión, procedimiento seguro y perfecto, a su vez que sepa proyectar racionalmente y realizarlo en la práctica. Algo que en un principio comenzó como un garabato en un papel, pueda nuestra mente proyectar e ir más allá de nuestros sentidos y finalmente observar esa idea que lo teníamos en papel nada más, plasmarlo a la realidad. Por un lado, el carpintero y el artesano solo sirve de instrumento para el arquitecto. Y por otro lado, está el ingeniero que obviamente no se puede comparar con un arquitecteco ya que el oficio mismo es muy diferente, tomando en cuenta que en la carrera de arquitectura apenas llegamos a conoces algunos cursos de los muchísimos que llevan los ingenieros.
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